Dulce Miña. A nadie le amarga un dulce.
Creé la identidad visual de Dulce Miña, un emprendimiento de tortas personalizadas, basándome en una investigación detallada, para reflejar su compromiso con la calidad y generar una conexión auténtica con su audiencia.


El desafío
Dulce Miña es un emprendimiento dedicado a la elaboración de tortas personalizadas y todo lo relacionado con la pastelería, atendiendo a eventos como fiestas, cumpleaños, aniversarios y casamientos. La marca buscaba crecer, ser reconocida y atraer nuevos clientes, así como consolidar las recomendaciones de los clientes actuales. Para lograrlo, era fundamental diferenciarse de la competencia a través de una identidad visual distintiva y adaptable tanto para medios impresos como digitales, que reflejara la calidad del trabajo y los valores de la marca.


















Proceso
La solución creativa se fundamentó en el concepto “Conexiones de Dulzura”. Este enfoque se centra en la idea de que cada torta personalizada no solo celebra un evento, sino que crea momentos inolvidables llenos de amor y calidez. La propuesta visual busca transmitir cualidades como amor, cariño, calidez y dinamismo.
Realicé un análisis detallado de las necesidades de Dulce Miña y del contexto en el que se encuentra la marca. Descubrí que, para destacar en un mercado competitivo, era imprescindible contar con una identidad visual que comunicara tanto la calidad artesanal del producto como la capacidad de crear experiencias emocionales y memorables para los clientes.
Solución.
Diseñé una identidad visual integral que incluyó la creación de un logotipo basado en el concepto “Conexiones de Dulzura”. El logo integra elementos simbólicos como figuras que representan personas, un corazón y enlaces inspirados en la estructura del ADN, lo que resulta en un símbolo dinámico y fluido. Esta propuesta no solo satisface la necesidad de diferenciarse, sino que también posiciona a Dulce Miña como una marca que genera conexiones y experiencias únicas. La identidad visual creada es versátil y se adapta a diversos formatos, permitiendo su aplicación tanto en medios digitales como impresos, y contribuyendo directamente a atraer y fidelizar a la audiencia objetivo.
Impacto
La nueva identidad visual logra resonar con una audiencia de adultos jóvenes, reforzando los valores de la marca y generando una conexión emocional con los clientes. La imagen resultante es un balance entre elegancia y dinamismo, que transmite la delicadeza y calidez que caracterizan a Dulce Miña.
Se consolida una imagen distintiva que facilita la identificación y recordación de la marca.
La propuesta visual fortalece la confianza de los clientes y estimula recomendaciones, impulsando el crecimiento del emprendimiento.
La identidad se adapta eficazmente a diferentes soportes, asegurando una comunicación coherente y efectiva en todos los puntos de contacto.
Con este enfoque estratégico, Dulce Miña no solo ha logrado una fuerte identidad visual, sino que ha creado una plataforma para conectar emocionalmente con su audiencia y destacar en el competitivo mundo de la pastelería personalizada.



